Un hombre que se dedicaba a realizar limpiezas espirituales fue detenido por la Policía al ser sospechoso del crimen de una mujer ocurrido en el sur de la ciudad hace poco más de una semana. Este caso podría transformarse en el quinto femicidio registrado en lo que va del año en la provincia.
El miércoles 18, la hija de Elizabeth Zamora fue a visitar a su madre en el Barrio 360 Viviendas, ubicado en Jujuy al 3.900. Ingresó a la vivienda y comenzó a llamarla. Como no le respondía, se dirigió hacia la habitación pensando que podría estar durmiendo. Al ingresar a la pieza observó que estaba en su cama sin vida. Un desconocido la había asesinado a golpes en la cabeza y tapado su cuerpo con una manta.
Personal de Homicidios, al mando de los comisarios Susana Monteros, Juana Estequiño, Diego Bernachi y Miguel Carabajal, dirigidos por el fiscal José Sanjuán, elaboraron una teoría que generó polémicas. Alguien de confianza de la víctima había sido el autor del crimen. Para elaborar esa hipótesis tuvieron en cuenta dos situaciones: el supuesto femicida no había sustraído ningún elemento de valor de la propiedad y la puerta de entrada no sólo no había sido forzada, sino que además al salir la había cerrado con llave.
Un equipo dirigido por el oficial principal Eric Romano comenzó a realizar distintas averiguaciones. Con el testimonio de sus parientes pudieron establecer que estaba separada hace varios años, que no residía de manera permanente en ese domicilio porque varios días de la semana permanecía cuidando a su madre enferma en Villa 9 de Julio y que podría haber mantenido una relación sentimental con el empleado de un corralón.
Otros pesquisas entrevistaron a los vecinos del barrio y todos fueron coincidentes: nadie había escuchado ningún tipo de grito y, mucho menos, observado algo extraño en la casa de Zamora.
Por último, un grupo se dedicó a analizar las cámaras de seguridad públicas y privadas de la zona. Una de ellas, según confiaron fuentes judiciales, había tomado estado la salida de un hombre de la casa de Zamora el martes 17 por la tarde, es decir, 24 horas antes de que fuera encontrada sin vida.
Ese fue el dato que encaminó a los investigadores a descubrir quién podría haber sido el autor del crimen. Presentaron todo el expediente y el fiscal solicitó una orden de allanamiento, pedido que fue aceptado por la jueza Fanny Siriany. La medida se realizó ayer y personal de Homicidios detuvo a Juan Gabriel Farías (39) y secuestró la moto que había utilizado como medio de movilidad y la ropa que tenía puesta el día del hecho.
Las primeras informaciones dan cuenta que Farías era un “limpiador espiritual” que visitaba frecuentemente a la víctima. Además, según trascendió, podría haber realizado tareas de mantenimiento en la casa de Zamora.
Según los especialistas, una limpieza espiritual es una práctica que busca eliminar energías negativas y restaurar la armonía en la mente, el cuerpo y el espíritu, a través de diversas técnicas y rituales. Se enfoca en liberar bloqueos energéticos y emociones negativas para promover el bienestar, la claridad mental y una conexión más profunda con uno mismo. Esta tarea la desarrollan personas que supuestamente tienen dones especiales o fueron preparados para realizar esta tarea que no tiene ninguna base científica. “Es una especie de curandero moderno”, definió uno de los investigadores que participó de la pesquisa.
El Ministerio Público definirá cuándo se realizará la audiencia para formalizar los cargos en contra de Farías. De allí surgirían detalles para determinar cuál podría haber sido el móvil del crimen. Al ser aprehendido, el acusado juró su inocencia. Si el fiscal considera que se trata de un femicidio, será el quinto que se registra en lo que va del año, más del doble que en 2024. En 2025 se contabilizaron 18 homicidios.